Las nuevas tecnologías están ocupando nuestras vidas a gran velocidad. Tenemos acceso a todo lo inimaginable desde nuestros móviles o Tablet; desde hacer la compra, matricularnos en unas jornadas de formación o aprender a hacer nudos en la corbata.

En general, este acceso ilimitado nos ofrece, sin duda, grandes beneficios. Pero si lo que queremos es obtener información fiable de la red tenemos que contrastar todo lo que leemos. Hoy en día, es impensable, no consultarlo todo en Internet. Por ejemplo, si vamos al médico y nos dice que tenemos un problema de salud, además, de lo que nos dice el doctor, acudimos a internet para saber más, informarnos de lo que conlleva, qué podemos hacer para paliarlo. Pues bien, en este sentido es en el que debemos tener cuidado. A veces, la sobreinformación conlleva una mala interpretación.

Cualquier usuario, con poco o mucho conocimiento informático, es capaz de colgar información en la red y propagarla a gran velocidad si su web tiene un posicionamiento aceptable.

Pero, ¿cómo podemos contrastar esta información?

Si eres usuario habitual de Internet, seguro que tienes ya tus páginas de confianza donde buscar lo que necesites, pero hay veces, que necesitamos información de un ámbito que no dominamos tanto o no se encuentra en nuestra zona de búsqueda. Es aquí donde pueden empezar los problemas.

La primera premisa que no debes olvidar es que no te quedes con la primera búsqueda que te ofrezca Google, como primer buscador, compara e indaga.

Además puedes fijarte en los siguientes parámetros para confiar en una web:

  • Fecha de publicación – si es antigua, puede que se haya desactualizado. Intenta trabajar con web actuales y actualizadas.
  • Fíjate en el autor de la fuente – si un artículo viene firmado te permite conocer un poco más sobre el autor y si es un profesional de la materia o no.
  • Url de la fuente, puedes fijarte en el dominio de la web, por ejemplo:
  • .edu = educacional
  • .com = comercial
  • .mil = militar
  • .gov = gubernamental
  • .org = no lucrativa
  • Sello de calidad – como en cualquier sociedad, existen sello de calidad que les incluyen como sitios de confianza.
  • Bibliografía – si en la web encuentras bibliografía es una señal más de la calidad del sitio. Es una ayuda que incluyen los autores para que acudas a la fuente primaria y la revises.

Dos de las web de confianza donde consultar libros y documentos originales y que puedes recurrir si tienes acceso a Internet son las bibliotecas digitales de Biblioteca Digital Mundial y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Además de las bibliotecas digitales, uno de los recursos más utilizados cuando realizamos una búsqueda en la red es el uso de buscadores. En Europa el más usado es Google, pero puedes usar otros como Yahoo o Bing. Por su parte, Google ofrece herramientas que te ayudan en obtener una información de calidad. Principalmente, nos encontramos con dos:

  1. Google books – es un catálogo de libros con referencias bibliográficas.
  2. Google Scholar – para buscar artículos científicos y técnicos

Para acabar, señalar que hay que aprender a ser crítico con la información que obtenemos de Internet, hay que saber cuestionarse su veracidad (por ejemplo, comprobando el grado de objetivad del texto) y compararla con el resto de información que tenemos para cotejarla y si nos es de utilidad para conseguir nuestro objetivo o no.