Deberes SÍ, pero reinventando el concepto

Cada vez que se acerca un periodo vacacional, los medios de comunicación plantean el mismo debate, deberes en vacaciones ¿sí o no?

Cada centro adopta una filosofía diferente, incluso a veces, alejándose de las necesidades reales del propio alumnado. Las vacaciones son un tiempo en el que se deja de asistir al colegio y el niño dispone de más tiempo libre para divertirse y aburrirse, pero no todo se simplifica en esas dos palabras. Es cierto que en periodos vacacionales los alumnos tienen el derecho al descanso, al juego y a desconectar del día a día pero eso no es sinónimo de dejar de aprender.

El concepto deberes no tiene por qué ser únicamente negativo ni verse como un castigo. Es conveniente que lo desarrollen alumnos de todos los niveles, por ello es importante motivar al alumnado en la necesidad de aprender, así afrontará con ilusión el aprendizaje y le ayudaremos a optimizar lo aprendido.

Los deberes tienen que ayudar a fomentar lo que han dejado de aprender durante el año, afianzar lo aprendido y crear una rutina, diferente eso sí a la del resto del año, pero no tienen que asociar las vacaciones a no hacer nada, jugar con la consola o ver la tv largas horas. Con esto, no quiero decir que no haya momentos en el día para el ocio, tenemos que ayudar a motivar al alumno y a crearle la necesidad de seguir creciendo en otras áreas transversales o no curriculares. Hablo de tenemos porque es una función que le corresponde a cada uno de nosotros como padres, profesores, compañeros o meros actores secundarios en sus vidas.

En la sociedad actual tenemos un amplio abanico de posibilidades que nos ayudan a desarrollar esta idea alejándonos de estar dos horas delante de un libro. Podemos reinventar el concepto o incluso hacer que la tradición y la innovación convivan. Se puede hacer cuadernillos y actividades de repaso a la vez que se ríe en familia, se ven películas con amigos, se les responsabiliza de hacer la compra con una cantidad de dinero establecida, leen un libro o escriben un diario. Así ayudamos al alumno a creer en él y que encuentre la felicidad.

Y tú qué piensas, ¿los deberes acaban con la curiosidad de aprender o nos ayudan a crecer?