Hay numerosos profesionales que apuestan por actividades no convencionales como impartir clases fuera del aula. Nosotros en el ámbito de las clases particulares también podemos practicar esta nueva metodología.

Las metodologías han ido evolucionando. Las actividades fuera del aula son un elemento motivador para el aprendizaje, obligan al estudiante a interactuar, a desarrollar las habilidades comunicativas y favorecen la participación activa del alumno.

Aceptando como válido que cada persona necesitamos un ritmo de aprendizaje diferente y tenemos mayor capacidad de aprendizaje según la parte del cerebro dominante, es muy útil realizar actividades innovadoras y que potencien el aprendizaje experiencial, basado en los sentimientos de las personas. Es más eficaz y recordamos por más tiempo aquello que nos transmiten nuestros sentimientos que lo que aprendemos por estudio teórico y sistemático.

Uno de los ámbitos más sensoriales es la propia naturaleza. El tiempo que pasamos al aire libre favorece nuestra salud cognitiva, social, emocional y física.

Pero no solo nos referimos a la naturaleza, el aprendizaje fuera del aula puede ser en cualquier espacio: estación de tren, parque… todo espacio que estimule a los alumnos a disfrutar, crear, innovar y aprender.

Como valor añadido a este tipo de metodologías, esta práctica implica generalmente actividades colaborativas con el entorno, genera confianza en nosotros mismos y nos ayuda a ser reflexivos.

Este tipo de actividades deben estar bien planificadas y se deben llevar a cabo por personal capacitado ya que también plantear riesgos físicos y emocionales. Además, será importante que la actividad realizada sea preparada con los alumnos y prolongar todo el desenlace durante varias días, aquellas actividades que se prolonguen durante más de una semana serán recordadas con mayor facilidad. Los alumnos tienen que entender por qué se realiza en ese momento y en ese contexto, esto le ayudará a procesar correctamente la información.

Todas las ciudades ofrecen gran cantidad de alternativas para fomentar esta metodología. En las clases particulares y con ayuda de las familias podemos hacernos eco de ellas. Por ejemplo, si estás viendo en clase la antigua Roma, en Zaragoza encontramos la Ruta de Caesar Augusto. En ella veremos aplicadas las formas de vida, que economía tenían dominante o las diferentes clases sociales. En cada uno de los puntos de esta ruta, te ofrecen material didáctico que puedes trabajar a posterior. Como llegar a cada uno de los puntos puede ser una actividad de orientación creada para la ocasión. Si cuando acabes le ruta, que te puede llevar alrededor de dos horas, refuerzas lo visto en este tiempo con lo que el alumno ha aprendido en los libros, el aprendizaje habrá sido más óptimo.

Si quieres ayudar a tus hijos con este tipo de actividades, puedes hacerlo en múltiples espacios. Os dejo varios enlaces donde podrás ver ejemplos: