Con el comienzo del curso, muchas familias empiezan a buscar profesores particulares que ayuden a sus hijos a superar y entender mejor los conceptos curriculares o para ayudarles con los deberes. Todos no somos iguales ni tenemos las mismas destrezas. Lo que para unos puede resultar muy sencillo, para otros alumnos puede parecer un mundo. Las clases particulares sirven para tener una clase personalizada acorde con las demandas individuales de cada alumno.

Desde IberClase, contamos con un equipo de profesionales que imparten clases particulares para reforzar los conocimientos de nuestros alumnos, usan Internet como aliado y fuente de múltiples actividades que utilizar en las clases y adaptarlas. Son profesionales que siguen formándose y renovándose, como docente es muy gratificante ver cómo el alumno progresa mediante un método específico ya que cada profesor puede adaptar cada actividad y rumbo de la clase a la metodología que mejor optimice su alumno.

Pero para que el proceso de enseñanza – aprendizaje obtenga los objetivos marcados, profesor particular y familia deben estar unidos y en constante comunicación. La mayoría de las veces son los familiares los que detectan la necesidad de una ayuda fuera del aula para reforzar el contenido de las materias vistas en el centro escolar. La observación  de las calificaciones, el comportamiento del alumno y la comunicación con el centro será la mejor estrategia para detectarlo y empezar a trabajar en superarlo.

Los familiares deben confiar en el profesor particular contratado, después de una ardua tarea de búsqueda, han elegido al candidato que consideran más cualificado y preparado, confía en él y cuéntale todas tus preocupaciones, está para ayudaros y entre todos, hay que encontrar la mejor forma de hacerlo.

Por su parte, el profesor tiene que observar cada acción, comentario o comportamiento del alumno y compartirlo con las familias. Si nos anteponemos al posible problema, será mucho más sencillo su solución.

Para el seguimiento de la clase, habilita un espacio específico, un espacio que el alumno identifique como lugar de estudio y crea un ambiente que lo potencie. Por ejemplo, evita colores fuertes o cajones desordenados. Evita interrupciones innecesarias. Aunque pueda parecer un tópico, el alumno debe estar cómodo, bien alimentado e hidratado.

Familias y profesor tenéis que establecer un horario oportuno. Analizar las necesidades específicas, materias a repasar y crear un planning real, donde no haya exceso de tiempo pero tampoco que sea demasiado corto para que profesor y alumno tengan que avanzar rápidamente o, incluso, no se disponga de todo el tiempo necesario. El horario establecido irá modificándose y adaptándose conforme avance el curso y aparezcan nuevas carencias.

En muchas ocasiones, las familias quieren ver resultados al instante y esto no siempre es así. Lo más habitual es empezar a obtener resultados a medio plazo. Dejemos que profesor y alumno se adapten y conozcan mutuamente, que nuestro alumno adquiera los hábitos de estudio correctos y empiecen a establecerse lazos de confianza entre ambos. El profesor particular no sólo tiene que servir para mejorar los resultados sino que es un nexo de unión entre alumno y familia.

Mi experiencia me dice que cuando un alumno tiene confianza con el profesor particular, se abre en cuerpo y alma al profesor y a la clase y le transmite sus verdaderos pensamientos. Esto puede ser un arma muy buena para el profesor particular de la que obtener información de los puntos débiles de los alumnos y trabajar para mejorar en ellos.

Los alumnos no ven al profesor particular igual que a los docentes de los centros educativos sino como mediadores y un apoyo que les guiará en su aprendizaje. A menudo, vemos como es el alumno el que muchas veces pide ayuda y quiere reforzar aquellas materias en las que él mismo se ve más flojo.

Si empezamos a ver estas actitudes es, sin duda, que vamos por el buen camino y que podemos exprimir mucho más nuestras clases.