Con la vuelta al colegio son muchos los alumnos que vuelven a las rutinas después de haber pasado un verano distendido. En muchas ocasiones, los niños han pasado gran parte del verano con familiares, en colonias urbanas o campamentos. Como es normal, el niño deja de relacionarse con un círculo amplio y pasa a hacerlo con un número más reducido. Además, este segundo círculo suele ser con personas de confianza que crea situaciones donde el niño sabe que no va a tener tantas exigencias.

A los niños, como a nosotros, nos cuesta adaptarnos en la vuelta al día a día. El niño que acabó el curso sin problemas y con grandes habilidades sociales en su entorno, puede que con la vuelta a su rutina esté un poco más distraído de lo normal y le cueste adaptarse. Es algo habitual, por lo que como padres no debemos preocuparnos.

Tanto padres como profesores, y nosotros en las clases particulares, tenemos que ser un poco menos permisivos en este momento de readaptación e ir de la mano con los más pequeños para ayudarles en los primeros días de clase. Tendremos que cuidar el comportamiento porque será en estos días cuando se tejan las relaciones sociales y comunicativas para el resto del curso con sus compañeros.

El respeto es la base sobre la que se sustentan las relaciones entre las personas y, por tanto, es esencial para que exista una armonía en el entorno y en las relaciones sociales e interpersonales.

En los círculos cercanos al niño como escuela y familia donde se gestan situaciones de interacción es donde los agentes influyentes tienen que fomentar el respeto como ejemplo para que el niño lo vea de primera mano. La familia debe ser la base donde el niño aprenda y fomente el respeto, si un niño respeta a sus padres y los padres respetan al niño, tendremos un gran paso ganado en el desarrollo del respeto.

Como profesor, una técnica infalible para que se teja el respeto, es hacer un listado de reglas y normas junto con el alumno, no impuesto. Donde el alumno tenga voz y voto en su elaboración y donde ayude a crear un ambiente propicio para el estudio.

Estas reglas que hayamos creado y negociado democráticamente entre todos, tienen unos objetivos claros y unos límites establecidos que no dan lugar a dobles interpretaciones sino que son las mismas para todos. Han de servir de ejemplo de comportamiento.

Algunas de las reglas con las que podemos empezar nuestro listado son:

  • Respetar a todos las personas con las que interactuamos en el colegio y en casa.
  • Como profesores, nos comprometemos a valorar y engrandecer cuando un alumno ayude a otra persona.
  • Castigaremos y penalizaremos las críticas o burlas entre iguales.
  • Durante el desarrollo de una actividad, enseñaremos a respetar las reglas de los juegos y las actividades que se realicen.
  • Fomentaremos la integración y la comunicación.

Protocolariamente, el respeto se tiene de unos sectores de la población a otros, pero, personalmente, considero que el respeto debe de ser algo mutuo. El profesor debe tolerar y aceptar cada uno de los defectos y virtudes de los alumnos a través de mensajes positivos.

Evitar el miedo, éste fomenta la antítesis del respeto. No enseñar desde la imposición y con actitudes estrictas. Con pequeños gestos podemos dar grandes pasos. Os dejo una lista básica de comportamientos de interacción y comportamiento ordenado, tolerante y respetuoso.